Un análisis de las oportunidades y los desafíos para el sector en el futuro

Introducción

La industria agrícola es uno de los pilares de la economía de República Dominicana, ya que representa el 7,5% del producto interno bruto (PIB) y el 14% del empleo formal. Además, el país es el mayor exportador de productos agrícolas de la región del Caribe, con una participación del 22% en el mercado. Entre los principales productos que se cultivan y exportan se encuentran el banano, el cacao, el café, el tabaco, el aguacate y la piña.

La inversión nacional y extranjera en la industria agrícola dominicana ha sido clave para impulsar el desarrollo y la competitividad del sector, así como para diversificar la oferta y mejorar la calidad de los productos. Según el Banco Central de República Dominicana, la inversión extranjera directa (IED) en el sector agropecuario alcanzó los 72,4 millones de dólares en 2020, lo que representa un aumento del 22,8% respecto al año anterior. Por su parte, la inversión pública en el sector ascendió a 1.026,4 millones de dólares en 2020, lo que equivale al 2,4% del PIB.

El objetivo de este documento es analizar la situación actual y las perspectivas de la inversión nacional y extranjera en la industria agrícola dominicana, así como los factores que la favorecen y los que la limitan. Para ello, se examinarán las principales fuentes, destinos y modalidades de inversión, así como los beneficios y los retos que implica para el sector y el país. Finalmente, se ofrecerán algunas recomendaciones para potenciar la inversión y el desarrollo agrícola en el futuro.

Fuentes, destinos y modalidades de inversión

La inversión nacional y extranjera en la industria agrícola dominicana proviene de diversas fuentes, tanto públicas como privadas, y se dirige a distintos destinos y modalidades, según el tipo de producto, el tamaño de la empresa, el mercado y el objetivo de la inversión. A continuación, se presentan algunos ejemplos de las principales fuentes, destinos y modalidades de inversión en el sector.

  • La inversión pública nacional se realiza principalmente a través del Ministerio de Agricultura, que ejecuta programas y proyectos para apoyar a los productores, mejorar la infraestructura, fomentar la innovación y la tecnificación, y promover la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental. Entre los programas y proyectos más destacados se encuentran el Programa Nacional de Riego, el Programa de Desarrollo Agroforestal, el Programa de Incentivos Agropecuarios, el Programa de Apoyo a la Producción de Alimentos Básicos y el Programa de Asistencia Técnica y Financiera a los Productores.
  • La inversión privada nacional se realiza principalmente por parte de los productores y las empresas agrícolas, que invierten en la adquisición de tierras, maquinaria, insumos, semillas, plantas, animales, infraestructura, tecnología, certificaciones, capacitación y comercialización. Entre los principales actores privados nacionales se encuentran la Asociación de Productores de Banano Orgánico, la Asociación Dominicana de Productores de Cacao, la Asociación Dominicana de Exportadores de Vegetales Orientales, la Asociación de Productores de Aguacate, la Asociación de Productores de Piña y la Asociación de Productores de Café.
  • La inversión extranjera directa se realiza principalmente por parte de empresas multinacionales, que invierten en la instalación, ampliación o adquisición de plantaciones, procesadoras, empacadoras, exportadoras y distribuidoras de productos agrícolas. Entre las principales empresas extranjeras que operan en el sector se encuentran Dole, Fresh Del Monte, Chiquita, Agrofresca, Agropecuaria Valle Verde, Grupo Rica, Nestlé, Kraft, Hershey y Starbucks.
  • La inversión extranjera indirecta se realiza principalmente por parte de organismos internacionales, que invierten en la financiación, asesoría, cooperación y asistencia técnica de proyectos y programas agrícolas. Entre los principales organismos internacionales que apoyan al sector se encuentran el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Unión Europea y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

Beneficios y retos de la inversión

La inversión nacional y extranjera en la industria agrícola dominicana genera una serie de beneficios y retos para el sector y el país, que se deben reconocer y afrontar para maximizar el potencial y minimizar los riesgos de la inversión. A continuación, se resumen algunos de los beneficios y retos más relevantes.

  • Entre los beneficios se encuentran: el aumento de la producción, la productividad, la calidad, la diversificación y la competitividad de los productos agrícolas; el incremento de las exportaciones, los ingresos, el empleo, el desarrollo rural y la seguridad alimentaria; la transferencia de conocimientos, tecnologías, buenas prácticas, estándares y certificaciones; la atracción de más inversión, asociación, cooperación y comercio; y la contribución al desarrollo sostenible, la conservación de los recursos naturales, la mitigación y adaptación al cambio climático y la reducción de la pobreza y la desigualdad.
  • Entre los retos se encuentran: la competencia, la dependencia, la vulnerabilidad, la volatilidad y la desigualdad que puede generar la inversión extranjera; la falta de acceso, financiamiento, capacitación, asistencia técnica, infraestructura, tecnología, innovación y certificación que puede limitar la inversión nacional; la escasez, el encarecimiento, la degradación y el conflicto por el uso de la tierra, el agua, la energía y otros insumos; la exposición a los riesgos climáticos, sanitarios, económicos, sociales y políticos; y la necesidad de cumplir con las normas, regulaciones, impuestos, controles y requisitos legales, ambientales, laborales y sociales.

Recomendaciones

Para potenciar la inversión nacional y extranjera en la industria agrícola dominicana y el desarrollo del sector y del país, se proponen las siguientes recomendaciones:

  • Fomentar una política agrícola integral, coherente, participativa, transparente y de largo plazo, que establezca las prioridades, objetivos, estrategias, acciones, recursos, indicadores y evaluaciones del sector.
  • Fortalecer las instituciones, la gobernabilidad, el estado de derecho, la seguridad jurídica, la rendición de cuentas y la lucha contra la corrupción, para generar confianza, estabilidad, incentivos y garantías para los inversionistas.
  • Mejorar la infraestructura, la conectividad, la logística, el transporte, el almacenamiento, el procesamiento y la comercialización de los productos agrícolas, para reducir los costos, las pérdidas, los intermediarios y las barreras al mercado.
  • Impulsar la innovación, la tecnificación, la digitalización, la investigación, el desarrollo, la extensión y la capacitación en el sector agrícola, para aumentar la eficiencia, la calidad, la competitividad y la adaptación al cambio.
  • Promover la asociatividad, la cooperación, la articulación, la integración, la inclusión y la equidad entre los actores del sector agrícola, para aprovechar las sinergias, las complementariedades, las economías de escala y el valor agregado.
  • Proteger los derechos, los intereses, el bienestar, la seguridad y la salud de los productores, los trabajadores, los consumidores y las comunidades rurales, para asegurar el respeto, la dignidad, la justicia y la calidad de vida de las personas.
  • Preservar los recursos naturales, la biodiversidad, el medio ambiente, el clima y la cultura, para garantizar la sostenibilidad, la resiliencia, la diversidad y la identidad del sector y del país.