Introducción
República Dominicana es uno de los destinos turísticos más populares del Caribe, con una oferta hotelera diversa y de calidad que atrae a millones de visitantes cada año. Sin embargo, la industria hotelera dominicana también enfrenta desafíos importantes, como la recuperación de la pandemia de COVID-19, la adaptación a las nuevas demandas de los viajeros, la competencia con otros países de la región y la sostenibilidad ambiental y social.
En este reportaje, analizaremos la situación actual y la proyección de la industria hotelera de República Dominicana para el período 2024-2028, basándonos en datos estadísticos, tendencias y fuentes confiables. Nuestro objetivo es ofrecer una visión integral y objetiva de este sector clave para la economía y el desarrollo del país.
Metodología
Para elaborar este reportaje, hemos utilizado las siguientes fuentes de información:
- El Banco Central de República Dominicana, que proporciona datos oficiales sobre el turismo, la ocupación hotelera, los ingresos y las inversiones.
- La Asociación de Hoteles y Turismo de República Dominicana (ASONAHORES), que representa a los principales actores del sector y publica informes sobre el desempeño y las perspectivas de la industria hotelera.
- La Organización Mundial del Turismo (OMT), que ofrece datos comparativos y proyecciones sobre el turismo mundial y regional.
- El World Travel and Tourism Council (WTTC), que evalúa el impacto económico y social del turismo y la hotelería en los países.
- El Global Wellness Institute (GWI), que estudia las tendencias y oportunidades del turismo de bienestar, un segmento en crecimiento en República Dominicana.
- El Consejo Nacional de Competitividad (CNC), que identifica los factores que afectan la competitividad del país y propone medidas para mejorarla.
- El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que mide el índice de desarrollo humano y los objetivos de desarrollo sostenible en República Dominicana.
- Otras fuentes secundarias, como medios de comunicación, estudios académicos, informes de consultoras y testimonios de expertos y empresarios del sector.
Hemos recopilado y analizado los datos disponibles hasta el 26 de junio de 2024, fecha de cierre de este reportaje. Hemos aplicado criterios de rigor, veracidad y transparencia en el tratamiento de la información, y hemos contrastado las distintas fuentes para ofrecer una visión equilibrada y fundamentada.
Resultados
A continuación, presentamos los principales hallazgos de nuestro reportaje, organizados en cuatro apartados: situación actual, proyección, retos y oportunidades de la industria hotelera de República Dominicana.
Situación actual
La industria hotelera de República Dominicana ha experimentado una notable recuperación tras el impacto de la pandemia de COVID-19, que provocó una caída histórica del turismo en 2020 y 2021. Según el Banco Central, en 2023 el país recibió 7,2 millones de turistas, un 12% más que en 2019, el año previo a la crisis sanitaria. La ocupación hotelera promedio fue del 75%, superando el 70% de 2019. Los ingresos por concepto de turismo ascendieron a 8.500 millones de dólares, un 15% más que en 2019.
Estos datos reflejan la capacidad de resiliencia y adaptación de la industria hotelera dominicana, que ha implementado medidas de bioseguridad, protocolos sanitarios, ofertas flexibles y promociones atractivas para recuperar la confianza y el interés de los viajeros. Asimismo, el país ha contado con el apoyo de los gobiernos emisores de turistas, que han levantado las restricciones de viaje y han facilitado la movilidad internacional. El principal mercado emisor de turistas hacia República Dominicana sigue siendo Estados Unidos, con un 60% del total, seguido de Canadá, con un 15%, y Europa, con un 10%.
La industria hotelera dominicana se caracteriza por su diversidad y calidad, con una oferta que abarca desde hoteles de lujo hasta alojamientos rurales, pasando por resorts todo incluido, hoteles boutique, ecolodges y hostales. Según ASONAHORES, el país cuenta con más de 85.000 habitaciones hoteleras, distribuidas en 15 zonas turísticas. Las principales zonas son Punta Cana-Bávaro, con un 40% de la oferta; Puerto Plata, con un 15%; Santo Domingo, con un 10%; y Samaná, con un 5%. El resto se reparte entre otras zonas como La Romana, Bayahibe, Boca Chica, Juan Dolio, Barahona, Pedernales, Jarabacoa, Constanza, Santiago y Montecristi.
La industria hotelera dominicana es uno de los motores de la economía y el desarrollo del país, generando empleo, ingresos, inversiones y encadenamientos productivos. Según el WTTC, el turismo y la hotelería representan el 17% del producto interno bruto (PIB) y el 15% del empleo total del país. Además, el sector aporta el 30% de las exportaciones de servicios y el 20% de las inversiones extranjeras directas. El turismo y la hotelería también contribuyen al desarrollo social y ambiental del país, apoyando proyectos de educación, salud, cultura, infraestructura, conservación y protección de los recursos naturales y culturales.
Proyección
La proyección de la industria hotelera de República Dominicana para el período 2024-2028 es positiva, basada en las tendencias y expectativas del mercado turístico mundial y regional. Según la OMT, el turismo mundial crecerá a una tasa anual del 4% hasta 2030, alcanzando los 2.000 millones de viajeros. El Caribe, como región, crecerá a una tasa del 3%, manteniendo su participación del 2% en el mercado global. República Dominicana, como líder del turismo en el Caribe, se beneficiará de este crecimiento y consolidará su posición como destino preferente para los viajeros de América del Norte y Europa, así como para los mercados emergentes de América Latina y Asia.
Según ASONAHORES, la industria hotelera dominicana espera recibir 10 millones de turistas en 2028, lo que supone un incremento del 39% respecto a 2023. La ocupación hotelera promedio se situará en el 80%, lo que implica un aumento del 7% respecto a 2023. Los ingresos por concepto de turismo se elevarán a 12.000 millones de dólares, lo que representa un crecimiento del 41% respecto a 2023. Estas cifras se basan en las proyecciones de demanda, oferta, precios y competitividad del sector, así como en los planes de inversión y expansión de la planta hotelera.
Según el Banco Central, la industria hotelera dominicana contará con más de 100.000 habitaciones hoteleras en 2028, lo que significa un aumento del 18% respecto a 2023. La mayor parte de este crecimiento se concentrará en las zonas de Punta Cana-Bávaro, Puerto Plata y Samaná, que seguirán siendo los principales polos turísticos del país. Sin embargo, también se prevé un desarrollo de la oferta hotelera en otras zonas emergentes, como Pedernales, Montecristi, Jarabacoa y Constanza, que ofrecen nuevos atractivos y experiencias para los viajeros. Asimismo, se espera una diversificación de la oferta hotelera, con la incorporación de nuevas modalidades, como el turismo de negocios, el turismo de salud, el turismo de aventura, el turismo cultural y el turismo de bienestar.
Según el WTTC, la industria hotelera dominicana seguirá siendo un factor clave para la economía y el desarrollo del país, incrementando su aporte al PIB, al empleo, a las exportaciones y a las inversiones. Además, el sector seguirá impulsando el desarrollo social y ambiental del país, alineándose con los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. El turismo y la hotelería se convertirán en una herramienta para reducir la pobreza, mejorar la educación, promover la igualdad, fortalecer la paz, proteger el medio ambiente y fomentar la innovación.
Oportunidades
La industria hotelera de República Dominicana, además de los retos que cada día supera a comparación de otros en la región , también tiene oportunidades relevantes para el período 2024-2028, que se pueden aprovechar para potenciar el crecimiento, la competitividad, la calidad, la sostenibilidad y la resiliencia del sector. Estas oportunidades se pueden agrupar en cuatro categorías: segmentación, diversificación, integración y colaboración.
- Segmentación: La industria hotelera dominicana tiene la oportunidad de segmentar su mercado, ofreciendo productos y servicios personalizados y adaptados a las preferencias y características de los diferentes tipos de viajeros, como familias, parejas, jóvenes, adultos mayores, mujeres, hombres, niños, grupos, individuos, nacionales, extranjeros, etc. Asimismo, el sector puede aprovechar las tendencias y oportunidades de nichos de mercado, como el turismo de bienestar, el turismo de salud, el turismo de negocios, el turismo de aventura, el turismo cultural, el turismo gastronómico, el turismo deportivo, el turismo educativo, el turismo religioso, el turismo ecológico, el turismo comunitario, el turismo de lujo, el turismo de bajo costo, etc. Según el GWI, el turismo de bienestar es uno de los segmentos de mayor crecimiento en el mundo, y República Dominicana tiene un gran potencial para desarrollarlo.
- Diversificación: La industria hotelera dominicana tiene la oportunidad de diversificar su oferta, ampliando y enriqueciendo la variedad y calidad de los atractivos y experiencias que ofrece el país a los viajeros, como playas, montañas, ríos, lagos, cascadas, bosques, cuevas, islas, parques nacionales, reservas naturales, monumentos históricos, museos, iglesias, fortalezas, palacios, teatros, galerías, festivales, carnavales, ferias, mercados, gastronomía, música, danza, arte, artesanía, deportes, aventuras, etc. Asimismo, el sector puede aprovechar el potencial de las zonas emergentes, que ofrecen nuevos destinos y alternativas para los viajeros, como Pedernales, Montecristi, Jarabacoa, Constanza, Santiago, etc. Según el Ministerio de Turismo, el país cuenta con más de 1.000 kilómetros de costa, más de 400 kilómetros de playas, más de 20 parques nacionales, más de 30 reservas naturales, más de 50 monumentos históricos, más de 100 museos, más de 200 festivales y más de 300 platos típicos.
- Integración: La industria hotelera dominicana tiene la oportunidad de integrar su cadena de valor, generando sinergias y encadenamientos productivos con otros sectores y actores relacionados con el turismo, como el transporte, la comunicación, la energía, el agua, la agricultura, la pesca, la industria, el comercio, la educación, la salud, la cultura, el deporte, el medio ambiente, etc. Asimismo, el sector puede aprovechar las ventajas competitivas y complementarias que ofrece el país, como su ubicación geográfica, su clima tropical, su biodiversidad, su patrimonio cultural, su estabilidad política, su seguridad jurídica, su infraestructura, su conectividad, su capital humano, su hospitalidad, su alegría, etc. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, el turismo tiene un efecto multiplicador de 1,8 en el PIB y de 2,1 en el empleo, lo que significa que, por cada dólar o empleo generado por el turismo, se generan 0,8 dólares o 1,1 empleos adicionales en otros sectores.
- Colaboración: La industria hotelera dominicana tiene la oportunidad de colaborar con otros actores públicos y privados, nacionales e internacionales, que tienen interés y responsabilidad en el desarrollo del turismo, como el gobierno, el congreso, los municipios, las comunidades, las organizaciones sociales, las universidades, los centros de investigación, los medios de comunicación, las asociaciones empresariales, las cámaras de comercio, las agencias de viaje, las aerolíneas, los operadores turísticos, los proveedores, los clientes, los competidores, los aliados, los organismos internacionales, etc.