Un análisis de las oportunidades y los desafíos para el desarrollo económico y social

Introducción

Los Estados Unidos y República Dominicana mantienen una relación histórica de cooperación y comercio, basada en valores compartidos y objetivos comunes. Ambos países son socios estratégicos en el hemisferio, con intereses en la seguridad, la democracia, el desarrollo y la integración regional. Según el Departamento de Estado de los Estados Unidos, República Dominicana es el séptimo socio comercial de los Estados Unidos en América Latina y el Caribe, y el mayor receptor de inversión extranjera directa (IED) estadounidense en la región.

En este documento, se analizan los planes de inversión de los Estados Unidos en República Dominicana a partir del 2024, considerando el contexto político, económico y social de ambos países, así como los sectores prioritarios, los beneficios potenciales y los desafíos que se presentan. El objetivo es ofrecer una visión general de las oportunidades y los riesgos que implica la cooperación económica entre los dos países, y las recomendaciones para fortalecerla y ampliarla.

Contexto político, económico y social

Los Estados Unidos y República Dominicana han mantenido una relación estable y cordial desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas en 1966, tras la intervención militar estadounidense de 1965. Ambos países han colaborado en diversos ámbitos, como la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo, la migración irregular, el cambio climático, la promoción de los derechos humanos, la asistencia humanitaria y el fortalecimiento institucional. Además, los Estados Unidos han apoyado el desarrollo económico y social de República Dominicana a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que ha destinado más de 2.000 millones de dólares desde 1961.

El principal marco de cooperación económica entre los dos países es el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-CAFTA), que entró en vigor en 2007. Este acuerdo ha impulsado el comercio bilateral, que alcanzó los 13.600 millones de dólares en 2019, con un superávit de 2.700 millones de dólares para República Dominicana. Los principales productos exportados por República Dominicana a los Estados Unidos son textiles, productos médicos, tabaco, cacao, café y frutas, mientras que los principales productos importados son combustibles, maquinaria, vehículos, cereales y productos químicos.

Asimismo, el DR-CAFTA ha facilitado la inversión extranjera directa (IED) de los Estados Unidos en República Dominicana, que se ha incrementado de 4.900 millones de dólares en 2007 a 13.300 millones de dólares en 2019, según el Banco Central de República Dominicana. Los sectores que más han atraído la IED estadounidense son el turismo, las zonas francas, la energía, las telecomunicaciones, la minería y la banca. La IED estadounidense ha contribuido a la generación de empleo, la transferencia de tecnología, la diversificación productiva y la mejora de la competitividad de República Dominicana.

Además del comercio y la inversión, los Estados Unidos y República Dominicana tienen una estrecha relación cultural y social, reflejada en los más de dos millones de dominicanos que residen en los Estados Unidos, y los más de dos millones de estadounidenses que visitan República Dominicana cada año. Los dominicanos en los Estados Unidos representan una importante fuente de remesas, que ascendieron a 8.200 millones de dólares en 2019, equivalentes al 8% del producto interno bruto (PIB) de República Dominicana. Asimismo, los estadounidenses en República Dominicana son el principal mercado emisor de turistas, que aportaron 3.300 millones de dólares en 2019, equivalentes al 3,3% del PIB.

Planes de inversión de los Estados Unidos a partir del 2024

Los planes de inversión de los Estados Unidos en República Dominicana a partir del 2024 se enmarcan en la estrategia de la administración del presidente Joe Biden, que busca reforzar el liderazgo y la influencia de los Estados Unidos en el hemisferio, frente al avance de otros actores como China y Rusia. Según el documento «Estados Unidos y América Latina: Una nueva agenda para el siglo XXI», publicado por el Consejo de Asuntos Hemisféricos en 2020, los objetivos de la política exterior de Biden hacia la región son: promover la democracia y el estado de derecho, impulsar el crecimiento económico inclusivo y sostenible, combatir la corrupción y la impunidad, enfrentar la crisis climática y ambiental, proteger los derechos humanos y la diversidad, y cooperar en la seguridad y la salud.

En este sentido, los planes de inversión de los Estados Unidos en República Dominicana se enfocarán en los sectores que contribuyan a estos objetivos, y que al mismo tiempo ofrezcan oportunidades de rentabilidad y competitividad para las empresas estadounidenses. Entre estos sectores se pueden destacar los siguientes:

  • Energía: Los Estados Unidos buscarán aumentar la inversión en proyectos de energía renovable, eficiencia energética, diversificación de la matriz y reducción de la dependencia de los combustibles fósiles. Estos proyectos se alinean con la meta de Biden de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050, y con el compromiso de República Dominicana de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 27% para 2030. Además, estos proyectos contribuirán a mejorar la calidad y el acceso al servicio eléctrico, que es uno de los principales problemas que afectan al sector productivo y a la población dominicana.
  • Turismo: Los Estados Unidos buscarán incrementar la inversión en proyectos de turismo sostenible, que respeten el medio ambiente, la cultura y las comunidades locales, y que generen empleo e ingresos para el desarrollo. Estos proyectos se alinean con la estrategia de Biden de promover el turismo como una herramienta de diplomacia pública y de fortalecimiento de los lazos entre los pueblos. Además, estos proyectos contribuirán a la recuperación del sector turístico, que ha sido severamente afectado por la pandemia del COVID-19, y que representa una de las principales fuentes de divisas y de crecimiento económico para República Dominicana.
  • Infraestructura: Los Estados Unidos buscarán ampliar la inversión en proyectos de infraestructura de calidad, que mejoren la conectividad, la movilidad, la logística y la competitividad de República Dominicana. Estos proyectos se alinean con la iniciativa de Biden de crear un fondo de infraestructura para el hemisferio, que contrarreste la influencia de China y sus préstamos condicionados. Además, estos proyectos contribuirán a reducir el déficit de infraestructura que limita el desarrollo económico y social de República Dominicana, y que se estima en un 6,6% del PIB, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
  • Educación: Los Estados Unidos buscarán incrementar la inversión en proyectos de educación de calidad, que mejoren el acceso, la equidad, la pertinencia y la innovación del sistema educativo de República Dominicana. Estos proyectos se alinean con la visión de Biden de impulsar la educación como un derecho humano y un motor de desarrollo, y con el compromiso de República Dominicana de destinar el 4% del PIB a la educación, según la ley 66-97. Además, estos proyectos contribuirán a elevar el capital humano, el nivel de ingreso y la productividad de la población dominicana, que presenta un rezago educativo respecto a otros países de la región.
  • Salud: Los Estados Unidos buscarán aumentar la inversión en proyectos de salud pública, que fortalezcan el sistema de salud de República Dominicana, y que prevengan y atiendan las enfermedades infecciosas, crónicas y emergentes. Estos proyectos se alinean con la prioridad de Biden de combatir la pandemia del COVID-19 y de promover la cooperación sanitaria internacional, y con la necesidad de República Dominicana de mejorar la cobertura, la calidad y la eficiencia de su sistema de salud, que presenta deficiencias en la infraestructura, el personal, el financiamiento y la gestión.

Beneficios potenciales y desafíos

Los planes de inversión de los Estados Unidos en República Dominicana a partir del 2024 representan una oportunidad para ambos países de profundizar su relación económica y de avanzar en sus objetivos de desarrollo. Entre los beneficios potenciales que se pueden esperar de estos planes se pueden mencionar los siguientes:

  • Mayor crecimiento económico: La inversión de los Estados Unidos contribuirá a dinamizar la economía de República Dominicana, que se ha visto afectada por la crisis del COVID-19, y que se espera que se recupere gradualmente en los próximos años. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB de República Dominicana se contrajo un 6,7% en 2020, y se proyecta que crezca un 5,5% en 2021 y un 4,5% en 2022 y vuelva a mas de 5% en 2024. La inversión de los Estados Unidos impulsará la demanda, la oferta, el empleo y el ingreso, y creará condiciones favorables para el desarrollo de otros sectores económicos.
  • Mayor integración regional: La inversión de los Estados Unidos contribuirá a fortalecer la integración regional de República Dominicana, que forma parte de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Asociación de Estados del Caribe (AEC), el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y el Mercado Común del Caribe (CARICOM). La inversión de los Estados Unidos facilitará la convergencia de normas, estándares y regulaciones, y creará oportunidades de cooperación, complementariedad y competitividad para República Dominicana y sus socios regionales.
  • Mayor desarrollo social: La inversión de los Estados Unidos contribuirá a mejorar el desarrollo social de República Dominicana, que presenta desafíos en materia de pobreza, desigualdad, educación, salud, medio ambiente y derechos humanos. La inversión de los Estados Unidos generará beneficios directos e indirectos para la población dominicana, especialmente para los sectores más vulnerables y excluidos, y promoverá el acceso a servicios públicos de calidad, la protección social, la inclusión y la participación ciudadana.

Por otro lado, los planes de inversión de los Estados Unidos en República Dominicana a partir del 2024 también implican algunos desafíos que se deben considerar y afrontar. Entre estos desafíos se pueden destacar los siguientes:

  • Mayor dependencia económica: La inversión de los Estados Unidos podría aumentar la dependencia económica de República Dominicana, que ya tiene una alta exposición al mercado estadounidense, tanto en el comercio como en la inversión. Esta dependencia podría limitar la capacidad de negociación, la autonomía y la diversificación de República Dominicana, y hacerla más vulnerable a las fluctuaciones, las crisis y las decisiones políticas de los Estados Unidos, pero se entiende que bajo el mandato de Luis Abinader se podrán manejar estas situaciones y lograr el equilibrio para el país.
  • Mayor competencia externa: La inversión de los Estados Unidos podría incrementar la competencia externa para República Dominicana, que se enfrenta a otros países de la región y del mundo que también buscan atraer la inversión estadounidense, pero siendo República Dominicana por su actual escenario político una de los países favoritos de la región para relaciones gubernamentales he inversiones privadas directas. 

Recomendaciones

Para aprovechar al máximo los planes de inversión de los Estados Unidos en República Dominicana a partir del 2024, se recomienda a ambos países adoptar las siguientes medidas:

  • Fortalecer el diálogo político: Se recomienda a ambos países fortalecer el diálogo político a nivel bilateral, regional y multilateral, para coordinar acciones, intercambiar experiencias, resolver diferencias y buscar consensos en temas de interés común, como la democracia, la seguridad, el desarrollo, el cambio climático y los derechos humanos.
  • Ampliar el marco de cooperación económica: Se recomienda a ambos países ampliar el marco de cooperación económica, más allá del DR-CAFTA, para incluir otros ámbitos, como la cooperación técnica, la cooperación financiera, la cooperación científica y tecnológica, y la cooperación cultural y educativa.
  • Promover la inversión responsable: Se recomienda a ambos países promover la inversión responsable, que cumpla con los principios de sostenibilidad económica, social y ambiental, y que respete los derechos humanos, laborales y tributarios de los países receptores y de las comunidades afectadas.
  • Mejorar el clima de negocios: Se recomienda a República Dominicana mejorar el clima de negocios, mediante la simplificación de los trámites, la reducción de los costos, la eliminación de las barreras, la garantía de la seguridad jurídica y la protección de la propiedad intelectual, para atraer y retener la inversión de los Estados Unidos y de otros países.
  • Diversificar la economía: Se recomienda a República Dominicana diversificar la economía, mediante el desarrollo de sectores emergentes, el fomento de la innovación, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas, la integración de las cadenas de valor y el aprovechamiento de los acuerdos comerciales, para reducir la dependencia de los Estados Unidos y de otros mercados.

Conclusión

Los planes de inversión de los Estados Unidos en República Dominicana a partir del 2024 son una oportunidad para ambos países de consolidar su relación económica y de avanzar en sus objetivos de desarrollo. Sin embargo, también implican algunos desafíos que se deben considerar y afrontar, para garantizar que la inversión sea responsable, sostenible y beneficiosa para ambas partes. Para ello, se requiere de un diálogo político constante, un marco de cooperación amplio, una inversión de calidad, un clima de negocios favorable y una economía diversificada. Bajo el actual gobierno y sus políticas se puede asegurar que todo esto podrá ser posible.